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Sacramento

 

 

ÉL y ELLA en la cama. ELLA leyendo, Él con la mirada perdida en el techo.

 

ÉL

Cariño.

 

ELLA

(Sin dejar de leer)

¿Qué pasa?

 

Él

Llevamos veintinueve años casados.

Siempre he intentado comportarme como un hombre sencillo y bueno.

 

ELLA

Eso es verdad.

 

ÉL

Pero ahora quiero decirte algo muy importante.

 

ELLA

¿Ajá?

 

ÉL

Soy un superhéroe.

Quería que lo supieses.

 

ELLA

(Indolente, volviendo a la lectura)

Eso es maravilloso.

 

ÉL

He estado en el médico. Dice que tengo superpoderes.

 

ELLA

¿Puedes limpiar la cocina y los baños sólo con la mente?

 

ÉL

Estoy hablando en serio.

 

ELLA

(Sin dejar de leer)

¿Y ya has pensado en el nombre que vas a ponerte?

 

ÉL

Pues no.

Pero será algo corto y sencillo.

Del tipo…., no sé,…del tipo Batman. Dos sílabas a lo sumo.

No quiero que la gente pierda el tiempo cuando pida auxilio.

 

ELLA lo mira de reojo, por encima del libro, empezando a interesarse ligeramente, pero sin abandonar la lectura.

 

ÉL

Me fastidia mucho cuando una víctima tiene que llamar

al Capitán América o a Los Cuatro Fantásticos para que le rescaten.

(Levantando la voz)

¡Cuatro Fantásticos! ¡Cuatro Fantásticos! ¡Socorro!

No, hombre, no. ¡Batman! ¡Pam, ya está!

Y ya lo tienes encima repartiendo leña.

 

ELLA, sin dejar de leer, esboza una leve sonrisa. ÉL sigue hablando.

 

ÉL

Y ¿sabes qué? No quiero un traje ajustado,

marcando paquete y todo eso.

No, señora. Voy a hacerme algo...no sé,... ancho, holgado, con caída. Cómodo.

Y nada de colorines.

Quiero salvar a la humanidad sin aspavientos.

Elegante, discreto, sutil,...

 

ELLA cierra el libro, guarda sus gafas en la funda y le mira con interés.

 

ÉL

Quiero desintegrar a los villanos, no descuartizarlos.

¿Sabes lo que te quiero decir?

 

ELLA

No quieres ensuciar las calles.

ÉL

Exacto.

Voy a ser un superhéroe limpio. Muy escrupuloso.

Dispararé rayos y ya está. Sólo rayos. Punto.

 

ELLA

¿Nada de puñetazos ni delincuentes estrellándose contra los cristales?

 

ÉL

Escúchame bien.

No me interesa dar espectáculo sino repartir justicia

de la manera más honesta y eficaz posible.

 

ELLA

Eso está bien.

 

ÉL

Y no voy a volar.

 

ELLA

(Ligeramente escandalizada)

¿No vas a volar?

 

ÉL

Me parece vulgar.

Creo que las posturas son poco favorecedoras.

Mira Superman. Tienen más naturalidad los angelitos del Misterio de Elche

descolgándose del techo que Superman aterrizando.

Quiero estudiar el tema del teletransporte.

 

ELLA

(Sonriendo, sugerente)

Venga, ven aquí, superhéroe mío.

 

ÉL

Yo ya no sé que inventarme para llamar tu atención, de verdad.

Cada día es más difícil.

¿Ya no te gusto?

 

ELLA

(Atacando)

Calla. Y estáte por la faena.

 

ÉL y ELLA se disponen a consumar el sacramento del matrimonio.

TRES MESES

 

El Médico atiende al Paciente en su consulta privada.

 

MÉDICO

(Solemne)

Le quedan tres meses de vida.

 

El PACIENTE se ha quedado sin saber qué decir, tal es su consternación.

 

MÉDICO

(Sonriendo)

Perdone, es mentira.

Es que siempre me había hecho ilusión decir la frase esta,

como en las películas de médicos.

Está usted hecho un toro.

 

PACIENTE

Vaya, menos mal.

Porque ahora que había conseguido la plaza y estaba tan feliz.

 

MÉDICO

Pues enhorabuena por todo. Por la salud, por el trabajo…

¿Qué es? ¿Funcionario?

 

PACIENTE

Inspector de Hacienda.

 

MÉDICO

(Sufriendo una ligerísima angina de pecho)

Oh.

 

PACIENTE

En realidad he venido para averiguar por qué no hace usted

una maldita factura desde 1974.

 

El discreto dolor precordial del galeno aumenta a moderado y parece que empeorará. Ahora es el MÉDICO quien se ha quedado sin palabras.

 

PACIENTE

Perdone, era una broma.

Es que siempre me había hecho ilusión

decirle a un médico lo de las facturas.

 

El MÉDICO tardará en recuperarse.

A CHINA

 

Estamos en el centro de Madrid. Un hombre para un taxi y sube a bordo.

 

HOMBRE

Buenas tardes.

 

TAXISTA

Buenas tardes.

 

HOMBRE

A Shenyang.

 

TAXISTA

(Con toda la naturalidad del mundo)

Shenyang. Muy bien.

Eso es China, si no me equivoco.

Provincia de Liaoning.

 

HOMBRE

Sí, está pegada a lo que es República de Mongolia Interior.

 

TAXISTA

Vale. Lo que pasa es que la hora que es,

y teniendo todo el Tibet para cruzar,

lo que vamos a hacer es meternos por la Gran Vía.

 

HOMBRE

Yo se lo iba a decir.

 

TAXISTA

Liaoning es la que está al lado de Shandong.

Justo debajo de Changchun, ¿verdad?

 

HOMBRE

De Jilin.

A ver, usted se pone cara a lo que es la muralla china

y esto queda a la derecha.

 

TAXISTA

Ya está claro, ya está claro.

De todos modos, ahora cuando pasemos por la cordillera del Himalaya

sí que me irá usted diciendo, porque ahí ya sí que me lío.

Entre los aludes de nieve, las ventiscas,…

y los yacks, que parece que van todos drogados,

siempre por medio…

 

HOMBRE

No se preocupe.

Por cierto, ¿sabe usted chino mandarín?

 

TAXISTA

No lo escribo, pero lo hablo y lo entiendo perfectamente.

 El chino cantonés sí.

 

HOMBRE

Otra cosa: Esto, ¿como lo haremos?

¿De un tirón o pararemos ahí en Shangai?

 

TAXISTA

A mí me gusta más hacerlo de un tirón.

Es una paliza. Pero acabas y ya está.

 

HOMBRE

Yo también lo prefiero.

Si quiere, lo que podemos hacer es ir por Sichuan,

y así nos ahorramos toda Mongolia Exterior.

 

TAXISTA

No crea.

Vale la pena que crucemos todo el macizo del Annapurna.

Hágame caso. Nos haremos cinco ochomiles,

pero ganamos casi media hora.

¿Le gusta escalar?

 

HOMBRE

Sí. Sobre todo en hielo.

 

TAXISTA

A mí me encanta.  Sobre todo en taxi.

 

HOMBRE

Vale, páreme ahí en el próximo semáforo. Al lado de la droguería.

TAXISTA

(Mientras se detiene y se dispone a cobrar)

Muy bien.Siete euros con veinticinco.

 

HOMBRE

(Mientras le paga)

Caramba, ¿hasta donde pensaba seguirme la broma?

 

TAXISTA

Nada, hasta la rotonda de la Plaza de España.

 

HOMBRE

Joder.

Enterprise

 

Estamos en el interior de un coche de autoescuela, en los momentos previos al examen.

La ALUMNA, aferrada al volante, espera a que llegue su PROFESOR.

Ya está aquí.  El PROFESOR se sienta, apesadumbrado .

 

PROFESOR

Mala suerte.

 

ALUMNA

¿Qué pasa?

 

PROFESOR

Te examina Kirk.

 

ALUMNA

¿Quien?

 

PROFESOR

Le llaman el Comandante Kirk.

James Tiberius Kirk, de la Enterprise.

Ya sabe, rollo Star Trek.

 

ALUMNA

¿Y por qué le llaman así?

 

PROFESOR

Le gusta hacerlo todo como si estuviese a bordo de la nave.

Le cambia el nombre a las cosas, se enrolla...

Se le va la pinza.

 

ALUMNA

Qué bien.

 

PROFESOR

Le llamará Sulu. Llévele la corriente. Es lo mejor.

 

Llega el EXAMINADOR, cordial y optimista.

 

EXAMINADOR

Buenos días a todos.

(Al PROFESOR)

Scotty,

(A la ALUMNA)

Sulu. Vámonos.

 

El PROFESOR le hace un gesto a la ALUMNA para que arranque.

 

EXAMINADOR

Bien. Mantenga esta velocidad.

¿Ve aquel grupo de tres estrellas perfectamente alineadas?

 

La ALUMNA no puede ver ninguna estrella a las cuatro de la tarde. El PROFESOR carraspea y mira, con intención, al frente. La ALUMNA intenta comprender.

 

EXAMINADOR

Ahora enseguida la estrella de arriba,

la más rojiza, se desintegrará.

Y nacerá una nueva estrella, de color verde brillante.

Nosotros la sobrepasaremos.

 

ALUMNA

(Entendiendo)

Ah, sí, sí, muy bien, cuando esté verde.

 

EXAMINADOR

Hiperespacio, Sulu.

 

PROFESOR

(Disimulando, a la ALUMNA)

Tercera.

 

La ALUMNA pone la tercera.

 

EXAMINADOR

Pasaremos tres planetas pequeños.

Y luego una droguería-perfumería. Aterrizaremos allí.

 

ALUMNA

¿Tres planetas?

 

EXAMINADOR ¿No sabe lo que es un planeta?

 

El PROFESOR intenta chivarle que es una rotonda moviendo un dedo en sentido circular.

 

ALUMNA

Un cuerpo sólido que desarrolla

una órbita alrededor de una estrella.

 

EXAMINADOR

Suspendida. Una rotonda.

 

El PROFESOR se lleva las manos a la cabeza. LA alumna estrella la frente contra el volante.

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